viernes, 22 de abril de 2016

Pero no.

¿Extrañarías cada momento pasado?
¿Cada caricia?
¿Cada beso?
¿Cada suspiro?
¿Cada palabra?
¿Cada mirada?
¿Cada roce?
¿Cada aliento?
¿Cada gemido?
¿Cada comunicación sin palabras?
¿Las noches frías con abrazos calientes?
¿Las comidas quemadas?
¿Las torpezas en la cama?

Me rio, porque cada recuerdo me saca una sonrisa, un suspiro.

Pasa que cada recuerdo es tan fuerte que tan sólo con él puedo sentirme en el pasado y vivir una y otra vez el brinco de mi tonto corazón al recordarte. Ahora que no te tengo aquí, que estas tan lejos y todo es un revoltillo extraño sin sentido, sólo me lleno de recuerdos que me hacen sentir como la primera vez, con cada recuerdo parece hacerse más fuerte.

Mi corazón late y se desboca tanto que se salta los latidos, un par de veces me asusto, pero luego recuerdo que eso es lo que provoca tu mirada en la mía, mi corazón falla y se siente bien, así de bien se siente recordarte.

Pero de mis favoritos están tus besos, esos que roban el aliento ¿recuerdas que no parábamos de besarnos? Eran suaves y fuertes, tan intensos y tu tan seguro de lo que hacías; incluso hoy mis piernas siguen temblando con el roce de tus labios. Debo admitir que nunca tengo suficiente de ellos, es algo vergonzoso de admitir pero necesito más de ellos, soy como una especie de adicta ¿me vas a culpar por eso? Espero que no sea tan molesto, aunque hoy en día me pides que pare con eso. ¿Cuando se volvió molesto besarme?

Por su puesto que tenía que hablar de esto, tú en mi piel, en lo más profundo de ella. Es tan intenso que incluso ahora puedo sentir el calor en mi interior. No me avergüenza ser tan débil ante tu recuerdo. No me avergüenza ser tan débil ante ti.

Sólo me avergüenza el hecho de lo antes era, ya no es; lo que te hacia reír, ya perdió el sentido; lo que parecía ser, ya no es; lo que te divertía, ya no parece; lo que te gustaba, ya no te agrada. Los ruidos molestan, las voces sobran, las palabras estorban, los gemidos son pocas veces necesarios, las explicaciones no existen, el vacío se llena y cada vez parece que estar a tu alrededor es incómodo.

La tensión de tu cuerpo es innegable ¿soy la causante de tan odiosa postura?

Los suspiros molestos se escuchan a millas de distancia ¿es necesario que el mundo escuche que no estas conforme conmigo?

La mirada de reproche no se cansa ¿no crees que las miradas dañan?

Las palabras que ahora te acompañan están llenas de prejuicios ¿es necesario rebatir cada cosa?

¿Cuándo ganar era la prioridad? ¿Ganar qué? ¿Cuál es el premio?

Obviamente no lo ves, todo está perfecto para ti. Pero no.

domingo, 10 de abril de 2016

Irreal

Es una costumbre que me llena de placer culposo y doloroso.

Cierro los ojos. Respiro.

Mis labios tiemblan por la anticipación. El recuerdo lentamente se abre paso por mi mi mente.

Puedo ver tu rostro, tus ojos claros enmarcados por pestañas largas y espesas; tu piel blanca, blanquisima ; tu boca, esos labios carnosos y rosados  que tan bien sabían besarme.

Me fijo en tus hombros, llenos de mis deseos y mis fijaciones, esas marcas que me enloquecen. Me obsesionan.

Duele.

Respiro más profundo y abrazo la almohada.

Apoyo la cabeza en tu pecho y escucho el palpitar de tu corazón. Imagino que late nervioso por mí. Sonrío por eso.

Junto nuestras manos, se sienten suaves. Como siempre. Se siente como en casa.

Acercas tu boca a la mía y mi corazón se salta un latido, siento que no puedo respirar pero todo dura un instante, forma parte del recuerdo. Aún eres tan intenso para mi.

Tu olor me llena los pulmones y me aprieta el pecho. Algo dentro de mi me dice que pare porque no es real, pero no lo escucho, lo censuro; no me interesa.

Te sigo el beso, esos labios que desde la primera vez crearon fuego por cada parte de piel que rozaron. Oh, cariño, casi puedo sentir que estás aquí.

Mi pecho se aprieta aún más cuando tus manos se hacen un camino por cualquier lugar. Que difícil es respirar ahora.

Aprieto fuerte mis ojos. No quiero perderlo todo.

Te siento, tan cerca, tan real. Casi puedo tocarte ¿sientes eso como yo?

Tus ojos chocan con los míos y me miran de ESA manera. Nadie me ha mirado con tanta intensidad, algo que va más allá del deseo.

Me sonríes.

Te sonrío.

Te abres paso en mi ser y lo permito, lo permito como siempre, porque me encanta, porque te encanta. Porque somos como dos piezas que encajan perfectas.

Somos uno solo.

Mi interior se contrae. Arrugo la frente.

Lo hago porque no es suficiente.

El recuerdo es fuerte pero me llena como lo hacías tú.

¿Por qué no estas aquí volviéndote uno conmigo?

Abro los ojos y miro el techo.

Esa parte que había empujado se ríe con fuerza de mi.

Por testadura. Por no parar. Por vivir en un recuerdo.

Nadie lo sabe, pero sólo así siento que todo está bien.

Si tan solo cierro los ojos e imagino que no ha pasado nada el vacío desaparece, pero entonces llega el momento de abrirlos, y el vacío llega aún más grande.